Nuestros aisladores están expuestos diariamente a un enorme esfuerzo de tracción en las líneas de transmisión, debido a que las torres utilizadas en la transmisión de energía se encuentran a metros de distancia unas de otras cargando así un peso aprox. de 22 toneladas.
Ellos deben permanecer expuestos a estas fuerzas durante varias décadas sin poner en peligro la seguridad o su funcionalidad.